Mezclada es la forma feminia del adjetivo derivada del verbo 'mezclar' en español, que significa poner muchas cosas juntos. Mezclada entonces significa que estas cosas están juntos. La fuerza detrás de Mezclada es el poder que tiene la diversidad de pensamiento, sistemas y prácticas agrícolas en nuestras comunidades. La mezcla de culturas, idiomas y sistemas de creer es una de las características más definidos de este momento en la historia, especialmente dentro de comunidades rurales.
Mientras las comunidades rurales cambian y las prácticas agrícolas roban la riqueza de comunidades a través de mercados de exportación, hay una necesidad extrema de diversificar el liderazgo, proveer senderos alternativos en la industria de alimentos que restablezcan nuestra relación con la tierra y crear riqueza para las personas rurales.
Mezclada opera en esta frontera, trabajando para impulsar a la humanidad hacia las zonas incómodas de crecimiento y creatividad que nos hacen más conectados y elásticos ante la incertidumbre.
Estamos en una misión para reducir las disparidades raciales, mejorar la integridad ecológica y construir pueblos fuertes con el empoderamiento de líderes rurales con las prácticas, mentalidades y herramientas de abundancia, pensamiento de diseño y creatividad. Planeamos cumplir eso a través de nuestro rancho, café y ofertas educativas.
Mezclada nació de muchas cosas. De trabajar en un asilo por siete años y realizar la necesidad de apreciar el conocimiento de nuestros antepasados. De trabajar como camarera y llegar a entender las luchas de los inmigrantes indocumentados. Nació por un amor en experiencias gastronómicas inolvidables y la manera en que la comida une a las personas; por un deseo de impactar la salud del planeta positivamente, por la creencia que las artes dejan que la gente pueda acceder a su intuición y empatía. Nació por las tasas trágicas de suicidios de los agricultores, la impotencia de los empleos en el sector público que trabajan en los sistemas de agricultura, por la creencia que un futuro puede existir y existirá si lo hacemos con micro-decisiones que nos dejan llegar allí. Nació bajo la transformación que yo experimenté, de haber llegado a la inmersión en el mundo de la superación y mi deseo de traer los principios de consciencia y toma de decisiones conscientes al gremio de los alimentos y la agricultura. Fue creado por un deseo de romper los silos entre la investigación avanzada y la gente común.
¡Hola! Me llamo Emily Reno, y soy la fundadora de Mezclada (mehs-KLAH-the), que significa ‘mezclado’ en español. Soy segunda generación Mexicano-Americana, un nativo de Lawrence, Kansas, y probablemente tu compañera futura de crimen. He pasado mucho de mi niñez trabajando en varias partes del sistema de comida, trabajando como mesera, camarera, trabajadora agrícola y en las investigaciones agrícolas, he visto todo. Soy generalista con un don por ver las conexiones y ayudar a los demás a visionar un futuro más brillante. Soy una pensadora estratégica con habilidades de ejecución inteligentes que me dejan establecer metas ambiciosas y cumplirlas.
Después de siete años de la universidad y un número innumerable de ensayos para becas, una cosa que he aprendido es la importancia de contar una historia. De contar su propia historia. Que está dentro de dónde estamos y dónde queremos estar es nuestra habilidad de contar nuestra historia y de conectarla con otras.
Mi historia no es única. Pero por alguna razón me siento que en el acto de compartirla conectaré con otros que creen en la visión que tengo de dejar un legado en el planeta a través de la comida - más específicamente, sistemas de comida rurales, que en mi opinión son ignorados demasiado en vez de ser aclamados como redes futuros de innovación. Soy creyente de que el éxito de nuestras vidas, la salud de nuestro medio ambiente y la fortaleza de nuestras comunidades depende de la diversidad. Por eso, Mezclada encarna el elemento de mezcla y la abundancia que viene de funciones superpuestas y duales.
No fui criado en una familia agrícola, pero sé que mi bisabuelo de la parte de mi papá cosechaba en México. No sé más de eso, pero sí creo que mi pasión por la cultivación y mi habilidad natural de aprender hablar en español vienen del hecho de que tengo sangre latina. Además de criar con el jardín fantástico de mi mamá en casa, mi sendero hacia la agricultura viene del certificado de emprendimiento agrícola sostenible, donde fui inmersa en la escena de comida local de Kansas City y clavé mis manos en la tierra de la granja del campus de dos acres y media. No tomó mucho tiempo decidir que esa era mi vocación. Sólo necesitaba una estrategia para asegurarse de que funcionará.
Estoy segura de que no soy la primera graduada universitaria para darme cuenta de que un bachillerato sólo se llega hasta un punto. En cuanto al éxito, creo que una ética sólida de trabajo y una actitud positiva son esenciales. Soy aprendiz por naturaleza, entonces siempre he amado a la escuela. No tenía ninguna intención de estudiar más de mi título en los Estudios Medioambientales hasta que me hizo una erudita McNair en la Universidad de Kansas. El programa financiado por el gobierno federal apoya a los estudiantes subrepresentados, de bajos ingresos, minoría a través de un internado de verano, clase de GRE, asesoramiento académico y apoyo financiero para hacer las solicitudes y eventualmente cumplir un título doctorado. Hasta este punto, me había inscrito en varios programas ‘minoría’ a través de becas, pero siempre me sentí creciendo como un forastero por mi piel blanco y cultura mexicana ausente.
El programa de McNair Scholars es uno de los pocos lugares en la universidad donde me sentí que encontré la familia. Mi hambre por el conocimiento fue celebrada como parte del proceso de la investigación, y encontré maneras de aprender sobre los obstáculos para agricultores principiantes en Kansas, lo que me puso en un camino estratégico para buscar un trabajo fuera de la granja. Pero más que querer un trabajo en que podía dar forma al sistema de comida, vi el potencial en mi misma para ser un modelo a seguir para estudiantes como yo que habían luchado el proceso de transferir del colegio comunitario a una universidad de cuatro años, y no tenían ninguna idea de qué pasaría al otro lado. El precedente que podía sentar me propulsó hacia adelante.
Un poco de trabajo de curso en la planificación urbana y regional me apuntó en la dirección correcta, y de pronto vi a mi misma como alguien que podía operar en las fronteras de los mundos de agricultura y la planificación, hablando los idiomas de ambos gremios y sirviendo como una defensora para agricultores dentro del desarrollo comunitario.
Sólo días antes de desistir mi oferta de aceptación en el programa de la Planificación Urbana y Regional en la Escuela Humphrey de Asuntos Publicos (Humphrey School of Public Affairs) en Minneapolis, recibí una carta de la Universidad de Minnesota afirmando que me habían nombrado un Brustad Fellow. También conocido como BECA DE VIAJE COMPLETO. Me había preparado mentalmente para considerar mudarme a Minnesota para eventualmente recibir la matriculación dentro del estado y volver a aplicar para las becas, pero este becario fue un cambio de juego. Nunca olvidaré llorar lágrimas de alegría esa noche.
Al mismo tiempo que me di cuenta de este becario, tenía que elegir entre un internado de verano en Singapur en planificación urbana y una posición como un internado de sistemas de comida con la Comisión de Planificación del Norte Central en Beloit, Kansas. Estoy muy alegre de que al fin y al cabo pasé el verano distribuyendo un cuestionario sobre el acceso a los alimentos en toda la región de 12 condados en Kansas rural. De pronto me enamoré de la cultura rural, dándome cuenta de que el ritmo lento de vida y el contentamiento que pensaba que sólo podía encontrar en el extranjero estaba actualmente en mi patio interior. Es que sólo no había tomado el tiempo para explorarlo. La experiencia me ayudó a estrechar el trabajo dentro de la planificación de sistemas de comida para enfocar en comunidades rurales porque son intensamente desatendidos y el potencial de hacer un impacto en una escala más grande es inmenso.
Pocas personas poseen la intuición que me ha dejado perseguir lo que se siente correcto y que sé me va a traer felicidad. Llegué a mi título con un sentido claro de dirección, saber que no quería vivir en la Ciudades Gemelas y que la vida rural me llamó. Eso informó mi trabajo de cursos, búsqueda de trabajo en Gran Minnesota, y la creación de mi concentración auto-diseñado, que me dejó cumplir un certificado posgrado en Liderazgo de Sistemas de Comida Integrados a la vez que completé mi título de Planificación. Mi graduación fue extendida por unos dos semestres, pero fue una de las mejores inversiones que hice en mi misma.
Decir que mi semestre primavera fue lleno de sorpresas sería un eufemismo severo. Fui inspirado por mi programa de certificación para empezar construyendo la marca de mi propio negocio agrícola, me inscribí en B-School de Marie Forleo, espontáneamente reservé un vuelo a Costa Rica para las vacaciones de primavera, extendió mi viaje a raíz de la pandemia, y regresé al caos del asesinato de George Floyd, que occurió sólo cuadras de mi apartamento en Minneapolis. Experimenté un sentido profundo de que eso no fue donde yo necesitaba estar en ese momento y que reconectar a la comunidad de cultivación me serviría como un indulto de las sirenas, balazos y helicópteros.
Pregunté a uno de mis amigos granjeros si podía aprovechar de un aprendiz, y fui empacada y lista para salir por primera semana en Junio. Dentro de tres horas y media, me encontré cinco acres de vegetales afuera del pueblo más cercano, población 2500.
Por fin llegué al verano de 2020. Fue un verano de sanar. De pedir perdón. De tristeza y gratitud y despertar. Yo sabía que aterrizar en Pelican Rapids no fue una coincidencia, dado mi interés y compromiso de trabajar con comunidades subrepresentadas, cultivar y sistemas de comida rurales. A veces creo que el universo está esperando que nos despertemos. Cuando lo hacemos, empezamos a recibir signos de que somos atendidos, apoyados y en el sendero correcto.
Ese verano que todo lo que podía pedir y más, especialmente considerando las circunstancias de estar dentro de una pandemia. Hay algo tan lindo sobre los lugares rurales que me llevó de la gran pérdida que todos experimentamos. En vez de enfocarme en eso, me sumergí de cabeza primero en mi proyecto de capstone para mi programa de certificación, me levanté cada día herida del trabajo agrícola y sentí algo dentro de mi hacerme más fuerte. Encontré mi voz y el coraje de ser franca con los demás, dándome cuenta de que todo lo que nos quiere es ser nosotros mismos.
En octubre, empecé trabajando con una organización de planificación regional, donde soy responsable por ayudar a las comunidades en una región de 9 condados para desarrollar más resiliencia económica a raíz de la pandemia. Me he hecho cargo de los sistemas de comida como el enfoque de mi trabajo y no podía ser más feliz. A este punto, no hay nada que me para de perseguir mi sueño de lanzar una granja. Pues, además de las relaciones, capital, tierra e infraestructura necesarios para hacerlo real. Había pensado cómo empezar desde el verano pasado y me di cuenta de que lo que me tenía retenido fue este sentido que no es mi granja construir. Es nuestro granja. Nada de lo que he cumplido hasta este punto en mi vida - por lo menos de lo que estoy orgullosa - fue cumplido sola. Dependía de la familia, amigos, donantes de becas y desconocidos que creyeron en mi visión para ayudarme en mi pagar por la universidad, proveerme con un lugar para dormir y ofrecer ánimo y consejos. Estos regalos, añadidos, representan una red inmensa de capital social que creo estaría orgulloso de saber que no voy a usar su apoyo irresponsablemente.
Lo que quiero construir ahora tiene que reflejar la comunidad-construida mujer que soy hoy en día. Este negocio debe contribuir a la comunidad, compartir el poder y elevar los regalos de todos los involucrados. Yo creo que una granja es capaz de cumplir esta meta y de hacerlo de manera rentable.
¡No puedo esperar hasta que me unes!
Nuestro boletín inspira, eleva y motiva agricultores y la comunidad de Mezclada.