El Jardin Restaurante y Vivero

Nos Vemos En México

Una de las cosas que más me gusta de viajar por todo el mundo es conocer a gente nueva. Si sea en el aeropuerto, a través de clases de baile, un paseo en el autobús…estoy empezando a creer que el universo nos trae no necesariamente lo que queremos, sino lo que necesitamos. Y qué bueno que aunque puede ser demasiado incómodo, unas personas que aparecen en nuestro entorno se hacen la llave que necesitábamos para salir de nuestras propias cabezas.

Yo no sabía que estaba tanto en mi cerebro, intentando justificar mis decisiones. Realmente pensaba que eso fue parte de lo natural de mantener una relación a distancia.

Y luego, apareció alguien de la nada y de pronto todo lo que pensaba que era verdad se transformó en un sueño retirado, un pasado.

Recuerdo escuchando una entrevista hace un mes de Steven Barlett en que estaba hablando con Daniel Priestly y aunque el tema de la conversación se trató de cómo generar ingresos en la economía de hoy, yo no podía olvidar algo de la conversación al puro final cuando se dice que dentro de 12 horas él sabía que iba a casarse con la mujer que eventualmente fue su esposa.

Realmente yo sé que eso no es el estilo de intuición ni conexión entre la mayoría de parejas. A veces las personas salen por años antes de casarse. Otros se casan, se divorcian, y luego tienen hijos y se casan otra vez con alguien diferente. Unas parejas duran por décadas, otras por pocas años. Y con frecuencia la gente duda mucho. Pero por lo menos esta cuota de la entrevista, o la posibilidad, de que alguien podía sentir, o saber se quedó conmigo.

Si estoy sincera no quería admitir que las cosas entre mi pareja y yo no estaba saliendo bien hasta conocer este desconocido en el parque justo después de meditar sola.

Para las personas que me conocen, ya saben que creo mucho en la energía. Muchas veces siento antes de tener la capacidad de comunicar, y con frecuencia tengo dificultades en interpretar lo que mi cuerpo está intentando comunicar conmigo.

En esta instancia, no hubo dudas. Ninguna. Sólo curiosidad y confianza. En un momento durante una conversación que tuvimos, realmente sentí mi corazón abriendo. Nunca me ha pasado. No le conté porque tenía miedo del significado de eso no sólo para él sino la relación en que ya estaba.

Estaba.

Gracias a las fuerzas de la naturaleza, el universo, Dios, con cualquier fuerza o poder que Ud. quiere usar para describir estas cosas más grandes que nosotros, ya no estoy en esta relación.

Gracias a un par de horas con este futbolista que compartió su historia personal, sus éxitos y sus sueños conmigo, no sólo podía ver un futuro mucho más bello, sabiendo que lo que busco existe sino encontré el coraje de salir de algo que creo que nunca fue para mí desde el principio.

Puede ser que hasta ahora, estás preguntándote, ¿qué tiene que ver eso con la agricultura, con los agricultores?

Pues, todo.

Seguir nuestra intuición es un camino. Saber leerla no viene en un día. Y realmente para honrarla puede significar creando mucha incomodidad para las personas más cercanas a ti. Si no estás abierto a pensar que otra realidad puede existir, que otras maneras de pensar también pueden ser válidas y sólo aceptas a la realidad que quieres crear, resulta que vas a invertir un montón de energía en algo que realmente nunca tenía raíces, o sea que nunca fue para uno desde el principio.

Seguir tu intuición es aceptar que las cosas no siempre saldrán como quieras. Y esta lección podemos llevar a nuestras fincas, nuestras relaciones con el negocio, con las plantas, con nosotros mismos. Seguir la intuición es escuchar y aceptar, aunque lo que escuchamos no es lo que queremos. Es confiar que al otro lado de malestar es algo súper bello y que vale la pena.

En este momento, estoy confiando. Aparentemente mis planes no eran lo que pensaba…

Si sea en esta vida o la próxima, nos veremos en México. 😉

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